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Giuliana joven borracha abusada
Un viaje de trabajo
Ella era una flaca pero tenía su gracia, se había casado hacía un par de años y aún no tenía hijos, de su esposo yo no sabía mayor cosa. Ella fue mi compañera de trabajo durante un par de años, era “representante de ventas” o para darme a entender mejor era vendedora, yo trabajaba en el área técnica y en la oportunidad que les voy a contar habíamos coincidido en un viaje de trabajo al interior de mi país por lo que me dijeron que ella iría conmigo y que la asistiera en una visita a un cliente, no me alegró mucho la idea ya que el grupo de ventas de esa época no me simpatizaba mucho y tenía mis razones pero en fin trabajo es trabajo y tenía que seguir órdenes y así estábamos juntos en el vehículo que la empresa me había asignado, comenzamos el viaje un poco después de las ocho de la mañana y los primeros kilómetros transcurrieron en un silencio incómodo, Giuliana (nombre ficticio) al igual que las demás mujeres del grupo de ventas era muy agrandada y “plástica” (superflua) con quien no se podía sostener una plática interesante, o por lo menos eso es lo que yo creía hasta ese momento. Encendí la radio y me dispuse a escuchar algo de música y entonces ella trató de sacar plática, de las cosas del trabajo, de la familia, del cliente que íbamos a visitar, en fin solo cosas sin importancia a las que yo solo me limitaba a responder sí, no, a lo mejor, no sé o cualquier cosa que me ayudara a cortar la plática y poder escuchar mi música a gusto. En un momento Karla se quedó callada, ya estábamos en carretera abierta y despejada. Yo pensé “al fin dejó de hablar” pero entonces, ella me hizo una pregunta que me tomó por sorpresa y es que no me lo esperaba de ella, por su manera de conducirse en la oficina y menos con las palabras que me lo dijo: Yo sé que tenés buenos gustos, se te nota hasta en la forma de vestirte, decime, para tu gusto, del grupo de vendedoras ¿Cuál es el mejor culo”. ¡ Que Giuliana hubiera pronunciado la palabra “culo” ¡, nooo, algo estaba tramando, llegué a pensar en que se podría tratar de una trampa para luego acusarme de acoso sexual pero en fin comencé a pensar a mil por hora, le bajé el volumen a la radio para ganar tiempo, ¿qué le respondo? y entonces se me ocurrió una respuesta genial… el tuyo le respondí sin dejar de ver la carretera y como si para mí no tuviera importancia, la escuché reírse aunque supongo que por dentro mi respuesta la llenó de orgullo y entonces ella como queriendo que yo la siguiera llenándo de halagos me dijo – me estás dando paja (mintiéndole)-- … --nooo, es cierto—le respondí pero para que no se le subieran los humos la rematé diciendo – he aprendido que el mejor culo es el que uno tiene más cerca – y entonces me reí… ella se puso seria y me respondió… ¡pesado!... --¿y qué querés que te diga pués?, dijiste que para mi gusto--. Ella seguía seria y entonces para hacerla que siguiera hablando ya que el tema estaba interesante continué diciéndole… vaya mirá, sí tenés buen culo, ya me había fijado que a veces te ponés faldas muy ajustadas y hasta se te marca la tanga y tenés las nalgas paradas, tampoco se te nota que tengas celulitis pero no podría asegurarlo porque nunca he visto bajo tu ropa… --- claro que no tengo, mirá --- me dijo subiéndose la falda hasta la mitad de las piernas.
Ella era una flaca pero tenía su gracia, se había casado hacía un par de años y aún no tenía hijos, de su esposo yo no sabía mayor cosa. Ella fue mi compañera de trabajo durante un par de años, era “representante de ventas” o para darme a entender mejor era vendedora, yo trabajaba en el área técnica y en la oportunidad que les voy a contar habíamos coincidido en un viaje de trabajo al interior de mi país por lo que me dijeron que ella iría conmigo y que la asistiera en una visita a un cliente, no me alegró mucho la idea ya que el grupo de ventas de esa época no me simpatizaba mucho y tenía mis razones pero en fin trabajo es trabajo y tenía que seguir órdenes y así estábamos juntos en el vehículo que la empresa me había asignado, comenzamos el viaje un poco después de las ocho de la mañana y los primeros kilómetros transcurrieron en un silencio incómodo, Giuliana (nombre ficticio) al igual que las demás mujeres del grupo de ventas era muy agrandada y “plástica” (superflua) con quien no se podía sostener una plática interesante, o por lo menos eso es lo que yo creía hasta ese momento. Encendí la radio y me dispuse a escuchar algo de música y entonces ella trató de sacar plática, de las cosas del trabajo, de la familia, del cliente que íbamos a visitar, en fin solo cosas sin importancia a las que yo solo me limitaba a responder sí, no, a lo mejor, no sé o cualquier cosa que me ayudara a cortar la plática y poder escuchar mi música a gusto. En un momento Karla se quedó callada, ya estábamos en carretera abierta y despejada. Yo pensé “al fin dejó de hablar” pero entonces, ella me hizo una pregunta que me tomó por sorpresa y es que no me lo esperaba de ella, por su manera de conducirse en la oficina y menos con las palabras que me lo dijo: Yo sé que tenés buenos gustos, se te nota hasta en la forma de vestirte, decime, para tu gusto, del grupo de vendedoras ¿Cuál es el mejor culo”. ¡ Que Giuliana hubiera pronunciado la palabra “culo” ¡, nooo, algo estaba tramando, llegué a pensar en que se podría tratar de una trampa para luego acusarme de acoso sexual pero en fin comencé a pensar a mil por hora, le bajé el volumen a la radio para ganar tiempo, ¿qué le respondo? y entonces se me ocurrió una respuesta genial… el tuyo le respondí sin dejar de ver la carretera y como si para mí no tuviera importancia, la escuché reírse aunque supongo que por dentro mi respuesta la llenó de orgullo y entonces ella como queriendo que yo la siguiera llenándo de halagos me dijo – me estás dando paja (mintiéndole)-- … --nooo, es cierto—le respondí pero para que no se le subieran los humos la rematé diciendo – he aprendido que el mejor culo es el que uno tiene más cerca – y entonces me reí… ella se puso seria y me respondió… ¡pesado!... --¿y qué querés que te diga pués?, dijiste que para mi gusto--. Ella seguía seria y entonces para hacerla que siguiera hablando ya que el tema estaba interesante continué diciéndole… vaya mirá, sí tenés buen culo, ya me había fijado que a veces te ponés faldas muy ajustadas y hasta se te marca la tanga y tenés las nalgas paradas, tampoco se te nota que tengas celulitis pero no podría asegurarlo porque nunca he visto bajo tu ropa… --- claro que no tengo, mirá --- me dijo subiéndose la falda hasta la mitad de las piernas.
1 comentarios:
Delicioso!
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